La repercusión de los accidentes de tráfico es un problema social de notable importancia. A pesar de la creciente implicación de organismos públicos y privados promoviendo campañas de concienciación ciudadana; a pesar de la adopción de nuevas medidas legislativas; a pesar de la mejora de las características y condiciones de las vías y a pesar de la implementación en los vehículos de nuevos dispositivos de seguridad, tanto activa como pasiva, los accidentes de tráfico se repiten diariamente.
Después de producirse un accidente de tráfico se inicia un proceso de investigación y esclarecimiento de los hechos que tiene como objetivos, fundamentalmente, la detección de las causas del accidente, en primer lugar para que los tribunales de justicia y las compañías aseguradora puedan determinar las posibles responsabilidades derivadas del accidente y en segundo lugar para que las distintas administraciones implicadas cuenten con elementos de juicio que permitan la adopción de medidas tendentes a la evitación de futuros accidentes de tráfico.
La mayoría de los accidentes de tráfico en los que existen daños personales o materiales de cierta envergadura se resuelven judicialmente. Para llegar a determinar las causas que los motivaron y poder asignar responsabilidades es preciso recoger e interpretar todos los factores que intervinieron en el accidente.
El primer y más importante estudio de recopilación de datos sobre el terreno es el atestado, elaborado por la Guardia Civil, Policía Local o Policía Autonómica, en aquellas Comunidades que tengan transferidas dichas competencias. Los datos, recogidos de forma objetiva e inmediata, podrán servir de base para la elaboración del posterior informe de reconstrucción del accidente. El atestado recoge información relativa a las personas implicadas, a los vehículos intervinientes, a los daños y a las características geométricas de la carretera. Además, debe reflejar y contener mediciones de huellas de frenada o de derrape, así como las posiciones finales de vehículos y personas, aspectos imprescindibles para realizar cálculos físicos y matemáticos.
Una vez recogida toda la información, con pleno conocimiento de las características técnicas, tanto de los vehículos, (tales como potencia, aceleración, pesos y dimensiones, etc.), como de la vía, se realiza una valoración global de todas las circunstancias que intervienen en el accidente, estableciendo las posibles hipótesis de ocurrencia. Las hipótesis se han de sustentar objetivamente en cálculos físicos y matemáticos contrastados, que permiten obtener, entre otras cosas, velocidades de circulación de los vehículos, trayectorias anteriores al impacto y la secuencia espacio-temporal de movimiento de los móviles hasta la colisión.
Con las conclusiones obtenidas después de un laborioso trabajo de investigación, documentación y análisis, el técnico en reconstrucción podrá elaborar un informe que deberá responder a criterios de objetividad, rigor científico y claridad en la exposición, de tal forma que se pueda entender por cualquier persona no familiarizada con la materia. Todas las hipótesis planteadas, justificadas con cálculos físico-matemáticos e ilustradas, con planos y croquis de situación y con fotografías de los vehículos y de la vía, se incluyen en el informe, que podrá acompañarse de referencias bibliográficas y de investigaciones llevadas a cabo por entidades relacionadas con la seguridad vial. Este informe resulta muy útil para resolver siniestros por parte de las aseguradoras y es un medio documental habitualmente utilizado en las resoluciones judiciales. El objetivo final del informe es servir de base para resolver un accidente y poder asignar responsabilidades. La labor del investigador, por tanto, requiere una gran profesionalidad, dado que en él se deposita la confianza de demostrar qué circunstancias o hipótesis de ocurrencia serían físicamente posibles y cuáles serían imposibles.
Así, la investigación del accidente nos permitirá conocer las causas para que las distintas Administraciones competentes adopten medidas de prevención (tanto medidas legislativas, corrección de defectos de las carreteras, deficiencias de los vehículos, así como adopción de programas educativos y de formación vial) e identificar las condiciones asociadas a los accidentes de tráfico para que las Autoridades Judiciales determinen el culpable y el grado de responsabilidad del mismo.