Además de la localización y la descripción de la vía o encuentro de vías en el que se produzca el accidente, es importante poner de manifiesto y describir algunos otros elementos y factores de la vía que servirán para conocer la forma en la que se produjo el accidente. Entre esos otros datos de vital importancia se encuentra el régimen de circulación de la vía. Normalmente la forma en la que se produzca el accidente dependerá en gran medida del número de sentidos con el que cuente la vía y de cual sea el régimen de circulación de las vías. En vías de un solo sentido predominaran los accidentes por alcance por ejemplo, mientras que en vías de dos sentidos de circulación podremos encontrar accidentes por alcance o colisiones frontales. En las intersecciones y confluencias de vías también será importante determinar el régimen de circulación de cada vía. Así por ejemplo, en una intersección de dos vías en forma de cruz habrá que especificar si existen doce direcciones, es decir, si en cada vía es posible realizar cambios de dirección tanto a la izquierda como a la derecha, como seguir al frente, o si, en cambio, existe alguna restricción, bien por la existencia de alguna dirección prohibida o por la existencia de algún giro prohibido. Si, en cambio, la intersección se encuentra regulada por una “rotonda”, habrá que determinar el número de vías que acceden a la glorieta y si tienen uno o dos sentidos de circulación y cuantos carriles existen en la propia glorieta.
De la misma forma hay que especificar el número de carriles con que cuente la vía para cada sentido de circulación y si existe o no señales horizontales de separación y de delimitación de los carriles. En cuanto a la separación de sentidos será necesario hacer constar si existe separación mediante señales horizontales y de que tipo, o si existen elementos físicos que separen los sentidos, tales como medianas, setos, bordillos, etc, o si en lugar de una sola calzada existe una para cada sentido. Finalmente, en este mismo ámbito, habrá que describir si existe anexo a la vía pistas para ciclistas o carriles para vehículos especiales, por ejemplo, para vehículos lentos, carril bus o carriles reservados para taxis u otro servicio público.
Tanto la calzada de rodadura, como cada carril de circulación deberán ser convenientemente medidos y se hará constar si existen aceras, con sus dimensiones; arcenes, también con sus dimensiones y su practicabilidad y cunetas. Si existieran elementos físicos que separe los sentidos de circulación, se describirán su características y se establecerán sus dimensiones. Por último, si existieran isletas, se determinarán su dimensiones y forma.
También influirá de forma significativa en la forma de producirse el accidente y en su gravedad el tipo de pavimento del lugar y los accidentes físicos existentes en la superficie de la vía, por lo que será necesario describir tanto el tipo de pavimento del lugar en el que se produce el accidente, si se trata de asfalto, cemento, adoquinado, solería o macadán o si se trata de una vía no asfaltada, como el estado en el que se encuentra la superficie. Cuando la calzada se encuentra húmeda, por ejemplo en las primeras lluvias, el agua no habrá llegado a arrastrar el polvo acumulado sobre la superficie y no habrá limpiado los restos de combustibles y aceites, lo que la hará sumamente deslizante. La calzada puede encontrarse mojada y si la lluvia es abundante, el agua se podrá acumular sobre la superficie de la calzada, si no cuenta con un sistema eficaz de drenaje, por falta de bombeo o por defectos de la superficie, pudiendo provocar una falta de adherencia y el fenómeno conocido como aquaplaning. Otras deficiencias pueda presentar la vía también pueden contribuir a la producción del accidente, por ejemplo, la existencia de barro; nieve o placas de hielo; hojas secas; gravilla suelta, etc. Todos estos factores influirán en la adherencia de la superficie, por lo que cuando se vaya a tratar de reconstruir el accidente habrá que tenerlos en cuenta para establecer el coeficiente de fricción de la vía.
En cuanto a los accidentes que podamos encontrarnos en la calzada, bien en su estructura o bien en su trazado, podríamos encontrarnos con la existencia de baches, que son quiebras del pavimento con una determinada profundidad y afectando a un determinada área de la vía. Los baches pueden presentar bordes cortantes por defectos de la estructura o por desgaste. Este tipo de daños sobre la superficie pueden hacer perder el control de la dirección del vehículo si su anchura, longitud y profundidad es superior a la zona de rodadura de las ruedas del vehículo.. También es posible encontrarnos con la existencia de lomos o resaltes en el pavimento, bien por defectos de la vía, bien porque dichos elementos hayan sido instalados para reducir la velocidad de la vía, en muchas ocasiones sin que estén debidamente señalizados, o badenes que serian depresiones de la superficie en corto espacio de terreno, también debidos a la existencia de deficiencias en la estructura de la vía o instalados para permitir el paso de agua sobre la calzada. Este tipo de accidentes también pueden influir en el control del vehículo y provocar que se produzca el accidente de tráfico.
2 comentarios:
mi padre tubo una accidente con el coche de su jefe y ahora esta en coma
mi tio en una moto se choco con un bus y quedo sin extremidades
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