FALTA DE ATENCIÓN. Según estudios realizados por la DGT, las distracciones ocupan la primera causa de accidentes al volante. En torno a un cuarenta por ciento de los accidentes estarían debidos a distracciones. Entre las actuaciones que se realizan muy frecuentemente mientras se conduce se encuentran el manipular los mandos de la radio, hablar por teléfono móvil, encender o apagar un cigarrillo, consultar mapas de carretera o simplemente conversar con las personas que nos acompañan en el vehículo. Últimamente se ha unido a este amplísimo elenco de distracciones los cada vez mas populares “navegadores”, que, por las mismas razones apuntadas, provocan distracciones y pueden llevar a situaciones de riesgo y a contribuir a la producción del accidente. En las distracciones los conductores tienden a dejar de mirar hacia la vía, dejando de atender al tráfico y centrando su atención en la pantalla del navegador, en la conversación mantenida por el móvil o con otros pasajeros del vehículo, con la radio, o en el encendido del cigarrillo. Cuando se manipula o se habla por el móvil o se manipula y se atiende al navegador, o se hace uso del encendedor para fumar un cigarrillo, el riesgo de verse implicado en un accidente de tráfico se multiplica casi por diez. Las interferencias no solo se producen en el manejo y manipulación de estos dispositivos, sino en la simple conversación. El conductor puede llegar a perder en esos casos el sentido de posición y orientación en el tráfico, se altera su percepción de la velocidad a la que circula o a la que se aproximan los demás vehículos y de las distancias de seguridad, aumenta el tiempo de reacción y se produce una desatención de la señalización vial. Según la DGT fumar mientras se conduce es una de las causas de distracción mas significativas pues pude llevar a apartar la mirada de la carretera durante algunos segundos que pueden ser vitales. Así, si se estima que en encender un cigarrillo se puede tardar en torno a cuatro segundos, en dicho tiempo se recorrerían 113 metros circulando a una velocidad de 100 km/h. El peligro de realizar este tipo de actividades mientras se conduce no es mayor, no obstante, que cuando se conduce preocupado, o cuando en el vehículo viajan menores alborotando, o simplemente cuando conducimos con prisa por algún problema personal o familiar o conflictos y preocupaciones que pueden provocar visiones, ensimismamiento, ensueños, etc. Son distracciones internas causadas por condiciones sentimentales, interés desmesurado por alguna idea, disgustos, estados de frustración personal o laboral, preocupaciones económicas, preocupaciones familiares, etc., estados que entorpecen la atención que requiere la conducción. Todo lo cual se verá incrementado en función del tiempo que se pase en el interior del vehículo, bien cuando se realizan desplazamientos largos o bien cuando se conduce en situaciones de tráfico denso y lento dentro de las grandes ciudades.
Un factor que se añade a las distracciones al volante es la falta de conciencia de que conducir con la atención dirigida hacia otros asuntos pueda ser un factor de riesgo.
Aún cuando realizar determinadas actividades mientras se conduce están prohibidas y pueden ser perseguidas, otras, no solo no se pueden prohibir, sino que difícilmente pueden ser constatadas o investigadas cuando se produce un accidente.
TOXICOMANÍAS Y ALCOHOLISMO. Son algunas de las causas mas amplias y mas complejas y que merecen un análisis mas detallado.
ACTITUDES ANTISOCIALES PELIGROSAS. Como por ejemplo: correr por correr o conducir con prisa innecesaria. Son muchos los conductores que sienten verdadero placer marchando a una velocidad superior a la realmente necesaria. Entre este tipo de actitudes se incluye el realizar actos irresponsables porque los demás también lo hacen o efectuar acrobacias en la vía pública con el vehículo por afán de notoriedad (actos que serían considerados simplemente como “conducción temeraria)”; realizar actos para presumir o para exhibirse públicamente o para intimidar y asustar a peatones y a otros automovilistas. También se incluye realizar actos arriesgados o peligrosos de forma despreocupada o confiar en que los demás son los obligados a extremar las precauciones; extralimitarse conduciendo durante un número excesivo de horas y comportarse con desgana, en vez de hacer bien las cosas que pueden requerir mas tiempo o mas esfuerzo.
OTROS ESTADOS COMO RUTINA, CANSANCIO, SUEÑO, ETC. La fatiga produce una serie de alteraciones psicofísicas que predisponen para el accidente. La fatiga aparece por los malos hábitos del conductor y afecta principalmente a la capacidad para captar información del exterior, de manera que el conductor puede llegar a reaccionar con rapidez ante una emergencia, pero de forma errónea y sin precisión.
INFRACCIONES A LAS NORMAS DE CIRCULACIÓN. Son las causas que concurren en un mayor porcentaje en los accidentes de tráfico. Es una causa voluntaria, aunque no se quiera ni se desee el resultado.
FALTA DE CONOCIMIENTOS (Impericia de conductores noveles o impericia de personas que no cuentan con las autorizaciones reglamentarias y, por tanto, se les supone una falta de conocimientos, no solo sobre el manejo del vehículo, sino sobre las normas elementales de tráfico).
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